diciembre 10, 2014

Cambios

Sin duda en estos días entro en un estado de reflexión, armonía, retrospectiva y sentimentalismo; y es que como es costumbre, empiezo a tratar de recordar qué fue lo que hice este año, en qué me equivoqué, qué fue lo que no terminé, cuántos libros leí, cuánto tiempo compartí con las personas que quiero, quiénes se fueron y quiénes llegaron... y mientras forja las ideas en mi mente, las iré plasmando... porque no quiero perder la idea, ni las ganas de plasmar lo que he venido sintiendo y pensando desde hace un par de meses.

Yo creo que si tuviera que definir mi año sería con 2 palabras: "grandes cambios".
Desafiar mi comodidad por responsabilidad e independencia no es fácil, pero sin duda he disfrutado cada momento y cada reto que he enfrentado. Dejar a un lado el conformismo y la seguridad de un estilo de vida por otro que venía soñando por tanto, y sin duda forjar los cimientos de un sueño que se sentía como ajeno y apreciar las ventajas de éste, para poco a poco a convertirlo en un desafío compartido. Apreciar los pequeños detalles de una vida sencilla y una mejor organización para tener todo bajo control.

Compartir y ver crecer su pasión, sentir emoción por todas las "primeras veces" compartidas, seguir aprendiendo ser mejor hija, mejor persona, mejor pareja, mejor amiga, mejor humano... Vaya que son cambios y lecciones que me dejan un gran sabor de boca.

Tuve la fortuna de disfrutar de una plática anoche que me permitió hacer una linda comparación de mi persona pasada con la de mi presente, una comparación de lo que valoraba en ese entonces y lo que hoy me llena y me motiva para seguir luchando y trabajando con pasión y entrega. Disfrutar de esas horas, y coincidir que todo, a pesar de todo, siempre hay algo bueno por muy malo que pudo llegar a ser un momento o una temporada. Disfrutar del camino de regreso y simplemente agradecer ese instante. Permitirme sentir el silencio ya en casa y su respiración con las luces apagadas, sentir la sensación de relajación va recorriendo cada músculo hasta que la conciencia del tiempo se empieza a sentir difusa.

El fluir de la vida a lo largo del año ha sido guiado por la luz del hombre que veo en mi reflejo y que sin él no sería ni la mitad de lo que soy, ha sido apoyado por la mujer y el ángel que permanecen a kilómetros de distancia pero su amor se mantiene intacto; ha sido extraordinario por la persona que tengo a mi lado y con la cual comparto mi vida; bendecida por aquellos que les tengo un cariño muy especial y que si no los veo seguido, trato de mantenerme presente e incondicional para ellos.

No sé si alguien más leerá esto, si les guste o no, pero si es el caso, gracias por tomarse un momento para leer mis ideas, pensamientos, me conozcan o no.

Nos leemos el siguiente año... ¡feliz navidad! ¡Feliz año nuevo!

septiembre 01, 2014

De oscuridad y soledad a paz y luz

Existen aquellos momentos en los que la desesperación puede tomar el control de lo que creías sencillo; hay otros momentos en que por más que lo vivas, siempre hay cierta debilidad en la naturaleza conflictiva de las emociones y la razón; existen esos que simplemente te brindan la paz de un beso o una caricia acompañada de su mirada perfecta. Pero sin duda, los mejores y más valiosos momentos son los que emergen de lo más profundo del alma y persisten a través del tiempo, dejando un legado y una huella permanente, tallada en piedra de lo que realmente fue, es y será.

Comprendo que la complejidad de la mente humana combinada con su humanidad, perforan la más grande duda y confieren un poder de la duda el miedo o de la ambición y del hambre. Comprendo que cada uno de nosotros tiene un potencial, pero son realmente pocos los que nos atrevemos a dejar de ser parte del rebaño y trabajamos para crear un estilo de pensar y trabajar que nos permitan hacer prevalecer nuestros ideales, valores, sueños y ambiciones para forjar lo que en nuestros sueños vemos posible. Pero sin duda, soñar no sería nada si no tuviéramos el potencial de alcanzar lo que nos proponemos.

Personalmente, no concibo esta nueva vida que he decidido emprender, ya que la comodidad de esa zona tan temida me tenía en algunos laureles de visión, sin embargo día a día, noche tras noche, momento tras momento que miro a mi alrededor y me percato de lo que he logrado, que es el cimiento de lo que hace años imaginé y que faltarían muchos más para vivirlo, es sólo una parte de lo que me impulsa para seguir luchando, seguir esforzándome a pesar de la frustración y los obstáculos que enfrento, porque aunque en el momento no logró percibirlo, son esos obstáculos y sentimientos e ideas rancias que me recuerdan, cuando hay paz, que mi capacidad y ambición por ser mejor, por alcanzar lo que pocos se atreven a buscar, es parte de mi naturaleza, de mi ser y de lo que quiero dejar atrás, como huella tallada en piedra y no como palabras viajando en los suspiros de los sueños que otros no se atrevieron a perseguir.

No sé si coincidas conmigo, no pretendo hacerte cambiar de opinión, no sé desde cuando me lees o si realmente lo haces, ya que esta es una de mis válvulas de escape cuando no logro conciliar ideas, sentimientos, situaciones y escenarios, pero de lo que si estoy segura, es que no soy la única en sentirse así al perseguir mis sueños, no soy la única que ha decidido arriesgarse y saltar al vacío para alcanzar lo que todos sueñan pero no logran. Y es así como concibo que estos momentos, de soledad y oscuridad, se convierten en momentos de paz y luz dentro de mí para un nuevo día.

Me declaré hace tiempo una mujer nueva, y día a día, noche tras noche, momento a momento es que recuerdo haber volado en manos desconocidas y similares a mí, recuerdo haber enfrentado los fantasmas que ni siquiera sabía que existían dentro de mí, recuerdo que la mujer que miro en el espejo es la mujer quiero ser.

agosto 14, 2014

60 de ti, casi 5 sin ti y más años por contar

El miércoles de tu cumpleaños te escribí, te pensé, te abracé y te conté lo mucho que me haces falta... Por alguna extraña e increíble razón, te sentí mientras dormía y te siento a mi lado desde hace meses. No hay manera en que niegue la falta que me haces, que daría casi cualquier cosa por tenerte a mi lado de nuevo por más de un día, por años de ser posible, porque nada ni nadie se compara o comparaba con tu sonrisa pícara y tu forma de molestarme, de apoyarme, de guiarme o de ser un gran cómplice para ir por pan dulce o como me acariciabas la cabeza cuando me acostaba a tu lado.

Miles de recuerdos invaden mi mente:

  • la manera en que cepillabas mi cabello después de bañarme por las noches y luego lo secabas y lo volvías a cepillar... 
  • tu mirada inquebrantable e indescifrable cuando había hecho algo mal y a pesar de todo, me dabas palabras correctas... 
  • tu llamada desesperada por un poco de ayuda porque al día siguiente era el cumpleaños de mamá o su aniversario y para variar, el tiempo se te había venido encima... 
  • el volumen de la música a todo lo que daba mientras lavabas el garage y parecía un concierto... 
  • tu voluntad enorme de hacer ejercicio (casi todas las mañanas o todos los días) aún cuando no era lo que los doctores recomendaban... 
  • la manera de consentirnos todos y cada uno de los domingos que estuviste con nosotros... 
  • tu forma de ver la vida, siempre encontrando lo bueno por muy mal que estuviera la situación... 
  • tu manera de haberte aferrado a la educación universitaria que nunca soñaste y a la que sólo tú no estuviste dispuesto a renunciar... 
  • las ganas de vivir todos y cada uno de los momentos...
  • tu fé...
  • la manera de ayudar a la gente (con buena vibra y mal vibrosa) aunque después mamá te dijera "¡te lo dije!"...
  • tu persistencia de saber qué estaba ocurriendo en tu cuerpo hasta encontrar la respuesta...
  • aquellas tardes de domingo cuando pintábamos el departamento, y me decías que pintará hacia una sola dirección...
  • todas y cada una de las veces en que te ayudé a construir la alacena de la cocina, las literas-escritorios que nos hiciste a mi hermano y a mí y el closet para mamá y para ti...
  • cuando me enseñaste a andar en bici y en patines...
  • las veces que me asustaste con y sin intención...
  • cuando llegabas tarde por mí a la escuela y me enojaba tanto porque era la última niña en toda la escuela...
  • tu cara de sorpresa cuando llegaste a tu festejo de 50 años organizado por mamá que jamás te esperaste... (no puedo creer que ya hayan pasado 10 años de esa fiesta)
  • tu desesperación cuando intentaste a enseñarme a manejar y que fue mamá quien terminó enseñándome porque ninguno de los dos dejábamos de enojarnos...
  • nuestras eternas "discusiones" de quién le sacaba mejor provecho al chevy al manejarlo cada quien por su lado...
  • tus ganas de llevarnos al cine a ver las nuevas películas de Disney...
  • tu sueño de llevarnos a Disney...
  • tu sueño de ir a Europa con mamá...
  • tus incansables ganas de querer cantar todo aunque fuera en inglés y no te la supieras jajajaja...
  • la vez que estuvimos muchas horas sobre el techo de un edificio porque construyeron el primer espectacular de la ahora ROMA&mia (antes ISIS) y que me insolé...
  • la vez que no entendías como es que me había podido caer de la moto y aún así quererme dar la confianza para subirme de nuevo... (como me arrepiento de no haberme quedado con tu moto papá)
  • verte tocar la guitarra que tenías que curiosamente regresó a mí de la manera más inesperada...
  • de repente lloraste porque fue posible que me fuera de viaje por primera vez sola a Alemania terminando la prepa, sin planearlo, todo se dio en un horas...
  • tu gusto por Queen, Satriani, Michael Jackson y tu manera de disfrutar su música...
  • tu inexplicable afán de que nuestra Kerry Blue Terrier se llamara Atenas y terminamos todos llamándola Gorda...
  • aquella esa última noche en que te veías tan apagado, oscuro, cansado y aún así sonreías como si nada...
Recuerdo tras recuerdo tras recuerdo y así pasan los días y los años en que tu rostro lo mantengo en mi mente con el afán de verte como si no te hubieras ido, o a veces quedarme viendo a uno que otro hombre que pasa por la calle porque creo que se parece a ti. Soñar con que tu ausencia ha sido sólo una muy mala broma de tu parte, y que llegarás a la casa, haciendo ruido con las llaves. 

Y es que no hay día en que no te extrañe, día en que no quiera tenerte conmigo, verte y abrazarte de verdad, sin imaginarlo; no tengo ni idea de lo que me dirías al saber que podría irme a vivir con mi novio... Porque no hay manera en que me mientas, lo amarías, son tan similares y aunque los tatuajes te hubieran causado conflicto, se hubieran llevado increíble. Pero no me cabe duda de que me estás ayudando con esto porque te pedí ayuda y señales, de que si fuera el momento adecuado, me ayudaras a que todo fluyera y vaya que lo hizo.

Como alguien hace unos años me dijo, poco después de tu partida, "hiciste todo para extrañarte toda la vida", claro que eso no significa que sufra o que me duelas. Tu lugar estará siempre en mi corazón, tu forma de ser en la mía y tu sangre en la mía.

He cambiado tanto desde que no estás y sé que lo ves, sé que estás orgulloso y que siempre verás por mamá, por mi hermano y por mí. No dejes de guiarnos, de cuidarnos y por favor, te pido que de vez en cuando te des tus vueltas conmigo para sentirte e imaginarme entre tus brazos de nuevo.

Te ama y te amará siempre... tu hija

agosto 06, 2014

Memoria

Tus manos recorren mi cuello, estremeciendo cada centímetro, recorriendo mi silueta con delicadeza, con ternura, con dulzura y es que este cuerpo tuyo lo reconozco con timidez y con lujuría que me cuesta tanto aceptar, pero que guía cada movimiento al tocarte, al sentirte.

Tu respiración invita a mi piel a sentirse viva y tu mirada seduce a mis labios con un inquietante sabor de adicción que inició con un beso prohibido una noche de verano.
Pretendo invitarte a mi vida, que la invadas con tu música y me llenes de tu fuerza mientras me pierdo entre tus brazos, dejándome llevar por tu aroma, por tu andar.

Consciente de una inevitable rendición, siento tus manos acercase a mi pecho y dudar, desviarse a mis piernas hasta el fin del camino con un beso al terminar.

Nos besamos de nuevo, y esta sensación me parece tan familiar y sorprendente, el encaje perfecto, porque entre tus brazos no hay mejor lugar para estar, porque mientras nos besamos, es que reconozco que nos conocemos de memoria, desde aquella primera vez hasta hoy.

mayo 19, 2014

Inicios y finales

Por más que le doy vueltas a cómo iniciar este post, más se me complica, así que se los comparto con la misma complejidad y sencillez que mi mente la procesa y mi corazón la asimila.

Hay tantas razones para iniciar una historia de amor, así como terminarla y es ahí cuando entran en juego una o mil variables: inseguridades, pasado, amigos, familia, enfermedades, cuentas pendientes, distancia, tiempo, disposición... y así puedo seguir con la lista, pero ésta puede alargarse tanto como tu mente quiera hacerla.

¿A dónde voy con todo esto? Ok, si, empiezo a darle muchas vueltas, lo siento, no es mi intención. Hace unos cuantos días, visité el museo de las relaciones rotas y me di cuenta que todas iniciaron con cierto nivel de emoción y alegría (obvio en cada historia todo era proporcional a su intensidad y manera de vivir) pero conforme avanzabas en la historia, los detalles que iban anunciando el final eran continuos, repetitivos hasta que algo se rompía. Había historias que intentaban darle una oportunidad, pero las fallas salían a flote en algún momento de nuevo y todo se venía abajo. Y las despedidas, el ponerle un alto a esa historia y estar dispuestos a seguir sin esa parte de su vida no sólo se leía, se sentía en el ambiente; una vibra constante a lo largo de los objetos de cada una de las historias era sensible, nostálgica e incluso pesadas en algunos casos. Eso me hace creer y pensar, que la intensidad con la que vives una historia, una parte de tu vida, se quedará impregnada en algún objeto, porque buscamos inconscientemente de prevalecer y no dejar que el tiempo y el olvido se hagan cargo de eso, por muy profunda que sea la lucha y las ganas de seguir.

Pero aquí una situación, ¿qué pasa cuando sabes que esa historia si tiene una fecha de caducidad? Mi siguiente punto fue concebido al leer "Bajo la misma estrella" un libro de John Green. No es por arruinarles el final o incluso la intención de leerlo (por favor háganlo, no se arrepentirán; por supuesto que no les doy detalles del libro), pero esa intensidad se traduce a disfrutar cada momento al máximo, sin importar las limitaciones físicas o mentales. Vida sólo hay una, y a veces es imposible ver el lado bueno dentro de una situación doliente. Y por muy irónico que pueda ser, tienes la oportunidad de vivir y realmente dejarte conmover por circunstancias que en otro plano, no estamos seguros de que podamos hacerlo.

Toda historia tiene un inicio y un final, no importa que tipo de historia sea, con quién, cuándo, dónde ni por qué se dio, pero cada instante hay que disfrutarlo, vivirlo y dejarlo ir en el momento oportuno si termina, para permitirle el tiempo sanar lo que la mente revolvió y el corazón sufrió, para renacer de entre las cenizas y volver a percibir y sentir la luz del sol hasta lo más profundo de tu alma y dejarnos embriagar por un nuevo comienzo que puede ser el único sin final.

mayo 06, 2014

Efectos colaterales

Todos estamos muriendo. Y no es que sea una drámatica, simplemente estoy señalando un hecho, un efecto colateral de haber nacido: morir. Cada día que pasa y que tienes la fortuna o desgracia (todo depende de la perspectiva) de vivir, es una oportunidad o una condena de enfrentarte al hecho de que puedes hacer algo diferente a lo que has venido haciendo, o simplemente reforzar y aferrarte a la rutina que has decidido vivir.

No, calma, no me malinterpretes, es tu vida y tú sabes que haces con ella, lo respeto y lo admiro también. Es sólo que no estás acostumbrado a que te recuerden el hecho de que un día te vas a morir (espero sea de la forma más apacible y menos dolorosa posible, porque tú y yo, todos tenemos derecho de desear y tener una muerte tranquila, sea cual sea tu vida y las decisiones que hayas tomado) porque no es algo que te hayan enseñado. Todos los días hay algo por ahí, en cualquier momento, que te recuerda "vale la pena vivir", "échale ganas", "ya casi alcanzas el objetivo" y creo que eso es un buen motivo para levantarte, además de la familia, los amigos y/o tu pareja, el tiempo que has pasado sin fumar, o sin morderte las uñas o de estar de mal humor; que si estás cambiando de hábitos y estás dejando de tomar como adolescente a tus 35 años o si ya rompiste tu record de estar haciendo ejercicio. Todo es valioso, y en serio, te aplaudo por eso, te respeto y te admiro (si, aunque no te conozca). Pero tómate un momento (ya lo hiciste, me estás leyendo) e imagina que un día, dejarás de respirar, de percibir la vida, el aire (un poco contaminado... ok, contaminado), el agua, el sol, la lluvia, el ruido del tráfico, las olas del mar, el silencio en sí, todo dejará de existir... pero no es precisamente que deje de existir, tú lo harás y formarás parte del ejército que ha dejado esta vida. ¿Le tienes miedo?

Acabo de terminar un libro (al final te diré cuál) que me hizo recordar momento de mi infancia, momentos que viví con mi papá, circunstancias que creí imposibles de superar, y coincido en un punto "Son el dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?", sin la enfermedad, no valorarías la salud y por lo tanto no comerías sano y no hubieras superado tu record de ejercicio, y súmale el hecho de que la tendencia actual en el mundo es la salud, el bienestar, el estar bien. Este libro, no sólo me hizo recordar eso, sino que cambió una parte de mi percepción de la vida (no etsamos preparados para enfrentar el hecho de que vamos a morir), y reforzó mi actitud hacia ésta: la vida hay que vivirla con pasión, locura y ansiedad, como si no hubiera un mañana, porque no sabes cuándo será tu "Último Día Bueno". Tanto me gustó el libro, que creo haré mi prefuneral (no, no soy una pesimista, pero seamos sinceros, realmente no estamos seguros que podamos asistir cuando suceda), seguiré saludando a extraños para dibujarles una sonrisa viviendo mi locura sin dudar. Continuaré compartiendo mis sandeces, y seguiré planeando a futuro para volverlo mi presente cuando suceda. Y no es que sea incongruente, y no es que dejé de disfrutar la vida, al contrario, no le temo a la muerte, y mucho menos al olvido. Te invito a que lo aceptes y entiendas la idea, todos en algún punto seremos olvidados, porque aquellos que nos recuerdan, también morirán, y las siguientes generaciones no tendrán el mismo recuerdo que aquellas personas que te conocieron, y así sucesivamente, pero eso no significa que no haya valido la pena tu vida, al contrario, valió la pena, porque fuiste tú quien la vivió. Tu vida, fue tu manera de desgarrarte el alma, matarte días y noches para viajar y tener todo lo que querías, ver a tus hijos y nietos crecer, y aún así, será solamente una fugaz esencia de la vida.

Puedes creer o no en Algo (con A mayúscula) más allá de la vida, en Algo Superior, puedes creer en Dios o no, pero considero importante que realmente tomes consciencia de que un día ya no estarás aquí, y que si tienes un desmadre de finanzas o relaciones personales, las arregles y sanes, porque el tiempo es un regalo y las personas con las que lo compartes, más. Tú y yo hemos cometido errores, porque somos humanos y no somos perfectos, (por más ciencia, medicina e inventos mayores, nuestra especie quiera desarrollar, la naturaleza, la vida es superior a nosotros y todo evoluciona para sanar y seguir), así que acepta ese hecho y de que las arrugas, las canas, la mala condición y el poco aguante a las desveladas es natural, porque ya no tienes 12 ó 5 ó 20 años; aquella juventud se ha esfumado, pero disfruta este presente porque mañana serás más viejo. Parece que te estoy dando una lección de vida, sin siquiera yo tener la mínima experiencia que el más sabio y viejo tiene, y aún así, deseo compartirte esta idea que me ha embriagado la mente y que si se queda guardada, parecería un acto egoísta. Te agradezco tu tiempo (porque hoy en día, parece que cada segundo es una posibilidad de ganar o perder dinero) por haber pasado por aquí y haberme leído, y espero que estas palabras te hayan gustado, y haya logrado hacerte reflexionar un poquito, de que la vida es eso, vida, tiempo y decisiones, momentos fugaces que hay que disfrutar, valorar por lo que son, sin aferrarte a éstos, aceptando así, que cuando llegue el momento (de partir), sea de la mano de la muerte como tu igual y no como una fuerza incontrolable a la que hay que temerle; porque no te han enseñado (ni a mí) a respetar y valorar a la muerte como a la vida, ¿por qué? porque nadie la conoce.

Disfruta tu vida, como un efecto colateral de haber nacido.

El libro es Bajo la misma estrella, de John Green. Muy recomendable.

abril 09, 2014

Tiempo

Con mis defectos y mis virtudes, he ido aprendiendo que la vida no es como uno quiere que sea, sino como se va forjado con las decisiones, actitudes, errores y aciertos que vas tomando de acuerdo a la situación que enfrentas.

Estoy consciente de mis errores, de mis malas actitudes, de mi ausencia y de mis malos modos que han lastimado a las personas que me rodean o me rodeaban; he provocado heridas y soy autora de cicatrices que permanecerán. Estoy consciente de la persona loca y llena de alegría que soy, comparto y envío buena vibra porque me consta que la mejor forma de distraerse en muchas ocasiones es la risa, sin embargo, también he sido aquella persona que brinda un hombro en donde llorar, he llorado contigo y te he abrazado, con palabras, con silencio porque era lo mejor que podía hacer.

El tiempo y las personas a mi lado me han enseñado que ofrecer una disculpa no es suficiente, pero es un buen inicio siempre y cuando venga del corazón. No soy perfecta, me equivoco, soy intolerante y solía ser muy rencorosa. Hoy, sigo sin ser perfecta, estoy consciente de mi intolerancia y he aprendido poco a poco a controlarla porque no hay mejor aprendizaje que estar abierta a aceptar tus errores desde la perspectiva herida.

Si eres una de las personas que lastimé, siento mucho haberlo hecho, no supe quedarme callada ni controlar mis malos impulsos; te alejé y dejaste un hueco que será siempre tuyo. Si eres alguien que se encontró con este blog por casualidad, te invito a que, como yo, hagas una retrospectiva de lo que has hecho, bueno y malo, y equilibres lo que está fuera de balance, acerques a tus seres más queridos y les recuerdes lo importantes que son y se los demuestres.

No permitamos que el tiempo sea la lección más grande que tengamos, siendo demasiado tarde para sanar.