364 días ya pasaron y hoy, el último del año, 31 de diciembre está a un poco más de la mitad para que termine.
Definitivamente hay que agradecer el hecho de estar vivos y poder compartir con la gente que queremos y nos quiere el tenerlos a nuestro lado y que tengamos la dicha de volver a compartir momentos y más experiencias con esas personas.
Siempre habrá decisiones que tomar y caminos que andar, y que si por alguna razón ya no hay personas a nuestro lado en ese camino, no dejar de recordarlos con la importancia y cariño que por sus acciones siguen presentes, de alguna u otra manera en nuestras vidas.
Hay que estar conscientes que no todo será fácil y que hay que seguir creciendo, enfrentando retos y obstáculos para ser mejor personas de lo que fuimos ayer, de lo que fuimos hace años y que simplemente seremos la sombra de la persona que se verá en 10 años al espejo y te vea a ti, como una parte de la esencia que hoy es simplemente nuestro presente.
Hay detalles, que a lo largo de la vida o del día a día se olvida, pero que tienen una valor inmenso en nuestras vidas: no dejemos de reír y de tener momentos más inocentes, como aquellos niños que todos fuimos mantengamos esa infancia presente. Bailemos y cantemos (a discreción jaja) para enriquecer el alma y compartamos aquellos buenos momentos con quienes les sea divertido hacerlo también.
Tengamos pláticas serias y objetivos realistas para mantener la perspectiva y saber cuál es la dirección que hay que tomar.
Enfrentemos los retos y aprendamos a perder y sacar lo bueno de lo malo. No todo es una desgracia y siempre hay un lado brillante en esa oscuridad que puede cegarnos.
Agradezcamos aunque nadie más lo valore, porque somos una parte importante de la vida y de aquellas personas que nos quieren.
Disfrutemos de la comida y de la bebida, con exceso y con comedimiento. Vida sólo hay una.
Conozcamos más personas y lugares, viajemos y guardemos aquellos momentos que son simplemente pequeños instantes de lo que se llama vida.
Y sobretodo, no dejemos de sonreír, porque estás viviendo eso y no una desgracia mayor.
Cenemos esta noche, bebamos y mantengamos viva la idea de que un año más es una oportunidad de hacer las cosas bien y otras aún mejor. Reflexionemos de lo que fue este año y lo que queremos para el siguiente, cómo lo lograremos y cómo lo recordaremos.
Les mando un abrazo y les deseo un año lleno de bendiciones y uno que otro reto complicado, para que sigamos creciendo.
¡¡¡Feliz 2012!!!