septiembre 25, 2011

Señales

El acuerdo fue de un tiempo perdido en el espacio que hoy nos rodea, manteniendo el paso de seguir caminando sin estar seguros de volvernos a encontrar, pero manteniendo la esperanza como luz ante este camino separado de tus ojos y de tu calidez. La inseguridad mencionada, como una realidad alterna a la llama interna que llamamos esperanza, realidad alterna como otra prueba del tiempo, para que al final siga siendo nuestro aliado.

Quisiera tanto escuchar aquella voz que días atrás, o incluso meses atrás mantenía vivos esos sueños enterrados pero impregnados en el día a día de nuestros días. Errores tras errores fueron mis cosechas, para despertarme y sentirte perdido ante una inmensidad de desesperación que no consigo controlar.

Con una canción que habla de toda una verdad increíblemente hermosa, que pudiera suceder, de una verdad que fue mi realidad y que ahora, hoy no es más que un sueño que vive dentro, latiendo, con la poca vida y fuerza, con mil razones para seguir latiendo, luchando, enfrentando lo que sea. Es sólo un presentimiento. Pero quiere verse completo de nuevo, quiere verse real en tus ojos, quiere sentirse protegido en tus brazos.

Fue mi ciega estupidez, mi impaciencia y mi desesperación por algo que no estaba sucediendo, algo que pasaría paulatinamente, pero no estaba sucediendo. 

Hay muchas heridas, cicatrices y reflejos viciados. Volví a ti para despedirme. Volví a ti para alejarme. Volví a ti para encontrarme. Y ya no te veo. Este presentimiento que me lleva a sonreír, a soñar y a luchar, a vivir cada día para volverme a ver. Todo perdió su sentido, y lo único que hay de cierto es que desde hace 4 años no hay  nadie más.

Te escribo sin intención de que me leas, pero con una pequeña ilusión de que suceda.

El acuerdo fue de un tiempo perdido en el espacio, pactado con una despedida, y sellado con un último primer beso para un reencuentro perfectamente imperfecto.