agosto 11, 2011

Pecado

Como cualquier sueño o ilusión protegidos por la noche, son sensibles a la luz del sol, desvaneciéndolos hasta su mínima esencia, perpetrando así la aparente indiferencia que tanto habías querido mantener. Tus manos recorrieron mi cuerpo sin cesar, sin darle importancia a la prohibida circunstancia en la que nos encontrábamos; rebasaste los límites de lo permitido y penetraste, por segundos, mi más íntimo deseo, sin dejar de devorarme, haciéndome rendir ante tus deseos y mis fantasías. Mi cuerpo nadaba en tus dedos, tus piernas aumentaban mis impulsos y el rincón de mi mente se volvió materia ante tu pasión incontrolada.


Domina mis curvas, somete mi mente y consume mi alma, que ante tu lujuria, mi cuerpo es el campo perfecto para perderte y despertar al día siguiente con una tranquilidad ansiada; tranquilidad que no obtendrás en otros brazos.


Juegos

Me haces cambiar de sensaciones como cambia el clima en las últimas semanas. Primero me haces sentir mariposas y que la vida está en nuestros labios; tus manos pueden hablarme mediante caricias y mi cuerpo transcribe tu lenguaje a los pergaminos de mi piel. Pero la ausencia de tus labios hablándole a mi oído, es lo que me hace dudar de lo que realmente tu corazón está sintiendo y lo que tu mente impone. Y es que me confundes, cuando por segundos, tus ojos me gritan que quieres que te pertenezca, pero el muro de frialdad e indiferencia que dibujas entre los dos, hace de un instante un territorio peligroso, un desierto inexplorado y de muerte anunciada con el susurro de tu aroma.


Miéntele al mundo, sincérate con tus manos y tómame sin dudar. Te pertenecí en el momento que nuestras miradas atravesaban la mesa repleta de personas, que nos brindaban intimidad a plena luz del día. Viaja por mis curvas y haz que me pierda en la inmensidad de la locura que no hace mucho tiempo acepté como única y absoluta verdad. Aparente realidad quebrantada por las dudas y el despecho del juicio ante el miedo de perder cualquier oportunidad de la vida eterna que en tus labios con mis labios se hubiera producido. Oportunidad perdida por el espejismo de la verdad que siempre supiste y tanto tiempo negué.


Una visa irresistible y perfecta para mi insensata estupidez aparece cuando los susurros y tus ojos se pierden entre la multitud y él quiere enamorar de nuevo el camino recorrido por mis latidos. Las semillas son incorrectas y cultiva la presencia durante horas que por falta de detalles, mueren y la soledad fortalecida en la ausencia, hace de mí, un espíritu indomable. Independiente y suspicaz me volvió.


Por las noches, recurramos al recuerdo de los dos, entregándonos al juego de las sombras con un único lenguaje entre dos almas perfectas, separadas por la pretensión de la mentira de su envidia.


Tu cálida mirada me devolvió la vida, cerrando el telón y dejando la encrucijada de soñarte, desearte y no tenerte.


Miénteme por una noche, sincérate contigo y regálame el recuerdo de tu amanecer y mi atardecer.