Te has puesto a pensar si ¿has vivido antes por decisión
propia? Y decidiste repetir tu aventura por esta vida, la que sientes y
respiras hoy, para componer la mejor melodía, para encontrar el lugar preciso
para iniciar un cambio, para hallar a esa persona que te hace sentir que la
vida puede llegar más allá de lo que en este momento crees. ¿No? Entonces me
creerás loca. Yo, lo creo y cada vez me convenzo más de esto.
De un tiempo para acá, he creído que mi misión en la vida
era hacer sonreír o reír a la gente mediante mis ocurrencias naturales. Pero he
tomado decisiones que por primera impresión parecen satisfacer mis propios
gustos, por indulgencia; y a la larga me han hecho concebir una verdad
universal y que por la misma naturaleza humana, estamos condenados a negar. Y
los pocos que logramos ver más allá, somos tachados de idealistas, soñadores,
ingenuos. Pero la idea prevalece, por la fortaleza y la creencia en ésta. Amor a
la vida, amor por algo bueno, amor.
No puedo ponerme a contarles toda mi vida, sin embargo, los
momentos que he decidido ir contra la corriente, aceptar mi vulnerabilidad como
humano y que no todo viene porque sí, es porque realmente he decidido, hoy o
ayer, que todo debe fluir por un bien mayor al mío, por la tranquilidad que
conlleva ser honesto con uno mismo, para ser honestos con los demás y provocar
cambios, acciones, por muy pequeños que sean, al final son cambios.
Concebir la vida como propia, es erróneo. Una vida se
intercala de mil maneras, con la vida de los que nos rodean, con los que
queremos, con los que llegamos a despreciar, con quienes no conocemos. Perdona si
mis palabras no siguen una sola línea, mi mente no las procesa como deberían
ser, y para ser sincera, si no sigo escribiendo perderé el hilo. Al final, las
reglas son unas, ¿por qué no romperlas? Si, pienso romperlas, porque lo que al final,
lo que persigo, lo que busco, es transmitirte una idea; de lograrlo, no importa
cuántas veces leas esto, ni el orden, mi esencia está plasmada en estas
palabras. Estas palabras prevalecerán más allá de seguir aquí o no.
Una acción provoca una reacción de igual o mayor magnitud. Eso
todo lo sabemos. Y es real. Te reto a comprobarlo. Pero no lo hagas esperando
una reacción al instante. Deja que crezca, que se fortalezca y sobre todo,
confía en que la vida, Dios o en lo que creas, (si crees en ti, también es
válido) te preparen para que al recibirlo, sea valorado. Si no llega… ya puedes
imaginarte la razón.
Hoy, estoy convencida, de que decidí revivir (no me
preguntes porqué en esta época, pero así fue) porque como humanos necesitamos
cambiar, muchos lo logran a una edad temprana e impactan en la sociedad a tal
grado de que su idea, su esencia, vivirán para toda la vida. Otros, el impacto
lo persiguen para que en su vida, y en la de sus seres queridos haya tal
cambio. Muchos otros locos, simplemente pasan, “viven” y pocos notan su
ausencia; pero esa fue su decisión. Esas decisiones persiguiendo un cambio, es
como una piedra arrojada en el agua, causa olas. Y el resultado se verá
reflejado cuando sea necesario.
Si ya sé, actualmente la sociedad está jodida por donde la
veas, corrupción, inseguridad, violencia, miedo, avaricia, poder. No se puede
negar eso, es la realidad, y ésta va en picada. Y aun así, aquí estoy,
transmitiendo mi idea, mi esencia, mi esperanza de que si ahorita va en picada,
se llegará al fondo, se podrá seguir cavando, pero al fondo, al final se
llegará, y no habrá para dónde ir, más que para delante. Aquí estoy,
compartiéndote mis palabras por un bien para ti y para los que quieres. Yo
trato de hacerlo. No soy perfecta, también soy humana y me equivoco. Pero la
idea prevalece, y prevalecerá. Ser bueno con las personas está dentro de todos.
“¿Y los que han matado?” y muchas otras preguntas similares
se te ocurrirán… Sus realidades fueron perturbadas por miedo. Y ese miedo se
contagió. El miedo es inservible, te paraliza. No permitas que te controle, que
te detenga. ¿Loca? Sí, ya sé, no lo niego, así soy. Te invito a mi locura.
¿Cómo? Haz algo bueno por alguien más, por su bien y por el tuyo. Deja pasar al
peatón, deja pasar a las demás personas, ayuda a una abuelita con la puerta
mientras pasa con la carriola de su nieto o nieta a pasar, sonríele a quiénes
te cobran algo en el supermercado; “gracias”, “por favor”, “de nada”, “igualmente”
son algunas de las palabras que no debes olvidar, la persona te lo agradecerá.
Éstos son esos pequeños cambios que pueden hacernos llegar lejos. Y no permitas
que una injusticia ajena, por más que creas que no te afecta, denúnciala,
señálala, no sabes el impacto que tendrá de dicha acción.
Creer me puede hacer parecer ingenua, pero he visto la
alegría y la satisfacción de las personas a las que he podido ayudar y ese es
el mejor pago que puedo recibir, y es la inspiración necesaria y razón completa
para seguirlo haciendo. Y eso, al final, alimenta mi esencia, mi idea y se
fortalece. Eso, al final, alimenta el amor a mi vida y a la de los demás. Te
reto a iniciar el día sonriendo, y simplemente aceptando lo que vas viviendo y
requiere que decidas, para eso es para lo que estás listo. ¿Quieres más? Ve por
más, desde el interior.
Una verdad, en la que estamos todos juntos.