octubre 16, 2011

Un domingo cualquiera

Sentada frente a mi laptop, pienso y siento de una manera distinta cada vez que soy testigo de que una persona, una canción, una película me hace meditar de lo que sucede día a día en mi vida. Y aunque tenía toda la intención de escribir más rebuscado, como en algunas ocasiones hago... esta noche me siento más como una chica promedio que como la escritora novata que vive en mí. Aún así, esta necesidad interna que me pide a gritos un espacio en blanco para dejarme fluir persiste. Así compruebo que sigo siendo yo, y que mi esencia ha ido fortaleciéndose.

Generalmente, he buscado inspiración en mis más profundos y puros sentimientos, sentimientos y experiencias que poco a poco han forjado y formado mi silueta en este susurro de vida. Hoy la obtengo de un domingo cualquiera en que sonrío al mirarme al espejo.

Todos tenemos momentos en los que una decisión puede cambiar para siempre el sentido de las cosas. Las decisiones pueden ser pequeñas o inmensas. Y eso desencadena sueños y pesadillas, carreras, competencia, insomnios y fiestas. También provoca que nos alejemos de personas que creímos que serían indelebles, que siempre estarían ahí, y no es por falta de cariño, interés o algún malentendido se alejan, sino porque las razones y circunstancias que los mantenían unidos, cercanos han cambiado. Puede que los lazos prevalecieron mientras eran necesarios... ahora los caminos y metas personales los alejan. También pudo haber una decisión que hizo que se acercaran demasiado ocasionando un final extraño y del cual aún no sabes si es ya un final o una pausa indefinida. El tiempo dirá, mientras no dejes de tomar decisiones y sigas avanzando. También hay quienes estuvieron presentes en tu vida de manera intermitente, pero ahora, se volvieron una constante en tu vida. Todo tiene una razón, y el que estén o no, siempre hay porcentaje en el que tú eres factor decisivo.

Yo agradezco quien estuvo y dejo de estarlo, quien está, quien desapareció y ha vuelto, quien ha llegado para un consejo y se ha marchado, y quien ha llegado para quedarse, quien no quiso quedarse; quien ha estado desde mi primer respiro y quien se unió a mi camino. 

Sentada frente a esta hoja virtual, sé que estoy dando los pasos correctos, y aunque haya instantes en que me pudiera sentir débil o vulnerable, las personas que están en mi vida ahora me brindan alegría y confianza, mi esencia se fortalece y sé que todo está bien... y lo mejor de todo, es que mejorará.