agosto 14, 2014

60 de ti, casi 5 sin ti y más años por contar

El miércoles de tu cumpleaños te escribí, te pensé, te abracé y te conté lo mucho que me haces falta... Por alguna extraña e increíble razón, te sentí mientras dormía y te siento a mi lado desde hace meses. No hay manera en que niegue la falta que me haces, que daría casi cualquier cosa por tenerte a mi lado de nuevo por más de un día, por años de ser posible, porque nada ni nadie se compara o comparaba con tu sonrisa pícara y tu forma de molestarme, de apoyarme, de guiarme o de ser un gran cómplice para ir por pan dulce o como me acariciabas la cabeza cuando me acostaba a tu lado.

Miles de recuerdos invaden mi mente:

  • la manera en que cepillabas mi cabello después de bañarme por las noches y luego lo secabas y lo volvías a cepillar... 
  • tu mirada inquebrantable e indescifrable cuando había hecho algo mal y a pesar de todo, me dabas palabras correctas... 
  • tu llamada desesperada por un poco de ayuda porque al día siguiente era el cumpleaños de mamá o su aniversario y para variar, el tiempo se te había venido encima... 
  • el volumen de la música a todo lo que daba mientras lavabas el garage y parecía un concierto... 
  • tu voluntad enorme de hacer ejercicio (casi todas las mañanas o todos los días) aún cuando no era lo que los doctores recomendaban... 
  • la manera de consentirnos todos y cada uno de los domingos que estuviste con nosotros... 
  • tu forma de ver la vida, siempre encontrando lo bueno por muy mal que estuviera la situación... 
  • tu manera de haberte aferrado a la educación universitaria que nunca soñaste y a la que sólo tú no estuviste dispuesto a renunciar... 
  • las ganas de vivir todos y cada uno de los momentos...
  • tu fé...
  • la manera de ayudar a la gente (con buena vibra y mal vibrosa) aunque después mamá te dijera "¡te lo dije!"...
  • tu persistencia de saber qué estaba ocurriendo en tu cuerpo hasta encontrar la respuesta...
  • aquellas tardes de domingo cuando pintábamos el departamento, y me decías que pintará hacia una sola dirección...
  • todas y cada una de las veces en que te ayudé a construir la alacena de la cocina, las literas-escritorios que nos hiciste a mi hermano y a mí y el closet para mamá y para ti...
  • cuando me enseñaste a andar en bici y en patines...
  • las veces que me asustaste con y sin intención...
  • cuando llegabas tarde por mí a la escuela y me enojaba tanto porque era la última niña en toda la escuela...
  • tu cara de sorpresa cuando llegaste a tu festejo de 50 años organizado por mamá que jamás te esperaste... (no puedo creer que ya hayan pasado 10 años de esa fiesta)
  • tu desesperación cuando intentaste a enseñarme a manejar y que fue mamá quien terminó enseñándome porque ninguno de los dos dejábamos de enojarnos...
  • nuestras eternas "discusiones" de quién le sacaba mejor provecho al chevy al manejarlo cada quien por su lado...
  • tus ganas de llevarnos al cine a ver las nuevas películas de Disney...
  • tu sueño de llevarnos a Disney...
  • tu sueño de ir a Europa con mamá...
  • tus incansables ganas de querer cantar todo aunque fuera en inglés y no te la supieras jajajaja...
  • la vez que estuvimos muchas horas sobre el techo de un edificio porque construyeron el primer espectacular de la ahora ROMA&mia (antes ISIS) y que me insolé...
  • la vez que no entendías como es que me había podido caer de la moto y aún así quererme dar la confianza para subirme de nuevo... (como me arrepiento de no haberme quedado con tu moto papá)
  • verte tocar la guitarra que tenías que curiosamente regresó a mí de la manera más inesperada...
  • de repente lloraste porque fue posible que me fuera de viaje por primera vez sola a Alemania terminando la prepa, sin planearlo, todo se dio en un horas...
  • tu gusto por Queen, Satriani, Michael Jackson y tu manera de disfrutar su música...
  • tu inexplicable afán de que nuestra Kerry Blue Terrier se llamara Atenas y terminamos todos llamándola Gorda...
  • aquella esa última noche en que te veías tan apagado, oscuro, cansado y aún así sonreías como si nada...
Recuerdo tras recuerdo tras recuerdo y así pasan los días y los años en que tu rostro lo mantengo en mi mente con el afán de verte como si no te hubieras ido, o a veces quedarme viendo a uno que otro hombre que pasa por la calle porque creo que se parece a ti. Soñar con que tu ausencia ha sido sólo una muy mala broma de tu parte, y que llegarás a la casa, haciendo ruido con las llaves. 

Y es que no hay día en que no te extrañe, día en que no quiera tenerte conmigo, verte y abrazarte de verdad, sin imaginarlo; no tengo ni idea de lo que me dirías al saber que podría irme a vivir con mi novio... Porque no hay manera en que me mientas, lo amarías, son tan similares y aunque los tatuajes te hubieran causado conflicto, se hubieran llevado increíble. Pero no me cabe duda de que me estás ayudando con esto porque te pedí ayuda y señales, de que si fuera el momento adecuado, me ayudaras a que todo fluyera y vaya que lo hizo.

Como alguien hace unos años me dijo, poco después de tu partida, "hiciste todo para extrañarte toda la vida", claro que eso no significa que sufra o que me duelas. Tu lugar estará siempre en mi corazón, tu forma de ser en la mía y tu sangre en la mía.

He cambiado tanto desde que no estás y sé que lo ves, sé que estás orgulloso y que siempre verás por mamá, por mi hermano y por mí. No dejes de guiarnos, de cuidarnos y por favor, te pido que de vez en cuando te des tus vueltas conmigo para sentirte e imaginarme entre tus brazos de nuevo.

Te ama y te amará siempre... tu hija

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